Pero juguemos,
juguemos
a nombrar peldaños
de enigmas,
A revelar nuestro
interior de cáscara.
Fundar luz en cánones
de oquedad,
trepar hacia terminales
de infancia
donde todo parecer
es augurio táctil.
Juguemos a la falsa
afinidad de tallarnos
en inexistentes exactos,
a articular quimeras
sin cimientos.
Revolvamos el polvo
con la luz de nuestro azar,
Juguemos con la entidad
de nuestras entrañas:
muralla precisa de
carácter incierto.
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