lunes, 10 de septiembre de 2012

El niño (a Ju)



Es el nudo,
es la gracia del sentido,
el niño -siempre-
es el elucubrado brote,
el prestigio sensorio
de lo frágil:
aquello intangible
del hondo color
del todo.

Pulsa magia,
tramando el rotor
De la pureza,
instala inocencias.
¿Qué evidencia su
implcable luz?
El halo del fulgor
rotundo,
un latente vestigio
De azul pausado,
un trance de aura quieta.

Niño es el fosfórico hilo
lento que arde en cada
tono del instante,
es el pliego de la
esplendecencia que perdura
y perdura.
Niño es el hueso del fuego,
el nucleo de la rueda que enciende
el rotulo de lo ileso.
Intacto, el niño es lo intacto:
todo el abrazo del sentido
Al unísono.