lunes, 28 de septiembre de 2009

Hermosos cuadros

El tiempo clausurado en relojes y calendarios
es tan inútil y absurdo como una escalera
tirada en el
piso.
Aquí o allá,
democrática metafísica,
en chozas de barro y paja o
o en
camas de seda y rubíes,
mascamos el freno
del no entender;
este de nuestro lado
el filo de lo perverso,
dios, las paradojas, las ausencias
o la áspera santidad del que vomita sobre la avaricia.
No entendemos.

Y al decir paciencia pensamos
en anchas planicies
recibiendo el sol
cada mañana,
cada tarde,
cada noche ( esquilmado en luna),
para parir
con humildad eterna
miles de hijos:
yuyos o animales, lagunas
o caminos polvorientos,
coplas o ánimas:
todos hermanados
en el alto milagro
de ser paisaje sin saberlo.

Y nosotros,
hábilmente ocultos
en la penumbra,
parados con genial sarcasmo
en medio de ella,
hablamos el idioma
gélido
de los números
y
en cada hombro nos crecen flores secas
y
al hablar nos brota el chillido
de la indiferencia
hija del miedo a lo que no se entiende :
sanidad espiritual de las razas puras.


Así el esmero
tonto
nos trabaja desde
adentro,
hasta convertirnos en una
música efectiva;
amando todo lo que niegue el buen silencio,
hogar de nuestra verdadera máscara.
La que solo puede caer si nosotros
enteros
caemos.
Abriendo una puerta
hacia la libertad
extraterrestre
de lo que vuela sin culpa.

Pero es probable que siempre persista
el timbre a la madrugada
que nos hace sudar frío y nos llena los pies
de extrañas cosquillas;
los versos idiotas agotando el espacio
que debería
ocupar
una lírica descarnada y bruta,
vital y afirmadora.
Sacándole la lengua a las tumbas.
Lamiéndolas.
Aunque se quemen con agua bendita.


Desvaríos.
Desvaríos
de cualquier tarde,
cuadros hermosos
que pintan prestigiosas instituciones
volando por los aires,
¡fragmentadas!,
hermanas, por un rato, de las aves y el aire;
¡fragmentadas!: las instituciones;
en pedacitos bien chiquitos
como semillas
de un árbol insignificante.
Hermosos cuadros.
Hermosos desvaríos.
Que se amontonan y
Reclaman
algo honesto,
un plato convidado
sin el mordisco venenoso
de la caridad.
Hermosos cuadros.
Pateando al muerto
más vivo de la
historia.



LUDOVICO FONDA

sábado, 26 de septiembre de 2009

Paijeaje del erecto-coito

Abruptos cimbronazos
de anhelos penetrantes.

Brebaje bestial
de lo erecto
súbitamente segregando
vértigo.

La deseo desde
una desconfiguración
viril irrefrenable, ajena,

que surte absorta
desde la fálica estola madre
de la sangre.

La deseo desde
el tuétano medular
del miembro purpureo

desde la errática distorsión
del enajenado órgano erguido,

La deseo hasta el límite
del entramado elemental
de la carne,
si, sólo hasta el sexo,
sólo hasta el eco final
del coito.

martes, 22 de septiembre de 2009

Algunos poemitas perdurables, indelebles

La historicidad de la palabra es el acontecer tautológico de metáforas erráticas tratando de describir la raíz incierta de la totalidad.
No podemos alumbrar con nuestros símbolos el caos innato de la incertidumbre. Lo que podemos hacer es describir con la mayor estética posible- que EN GENERAL no es mucha- nuestra ceguera indefinida para no estar tan pendiente de nuestra ubicación problemática, que es ubicación infinita en el campo incierto, o sea tragedia implícita en el circuito mudo del tiempo.
Estamos instalados en el acaecer de un error inasible tratando de decirlo.
La palabra es, como decía Nietzsche, la reproducción sonora de una excitación nerviosa, o sea: conjunto de levedad de símbolos estridentes tratando de discernir infructuosamente la intemperie hermética de la cosa en si. Sin embargo la voz- pórtico fundacional de la palabra- es el entramado elemental de nuestra esencia anatómica, es la herramienta de depuración necesaria para las continuas representaciones en conflicto del afuera, es el constructor que amalgama en hechos simbólicos la abstracción de nuestra intuición intrínseca y de nuestras sensaciones que llegan a nuestro adentro desde el exterior; y que terminan siendo siempre arbitrarias ¡hete aquí el centro de la cuestión! , pues es en este punto donde se genera la subjetividad universal o, digamos, las múltiples lecturas de la distorsión inefable que, inanimada y desdeñosa, nos invade insaciable; es en esas múltiples lecturas donde mostramos la formación de nuestros cimientos sensitivos, en donde mostramos el arquetipo de nuestro semblante con respecto a la voraz e ininterrumpida finitud que, de a poco, nos va carcomiendo.
Pero ¿qué queda en medio de esa corrosión de la finitud carcomiendonos y frente a la impotencia que genera la circunvalación indefinida del tiempo que, por su potencial azarocidad, pone a todas las verdades creadas en jaque? Lo que queda, y a esto quería llegar, es la riqueza en ciertas búsquedas individuales, es la particular indagación de ciertos personajes que saben rigurosamente del claustro donde están encerrados, (o sea de la eterna zona de angustia y acefalía de sentido que es el mundo), pero que intentan, de todas maneras, alumbrarlo por medio de la palabra. Lo que queda, entonces, es la especificidad reducida de ciertos sujetos tratando de describir de manera estética la innominable universalidad que lo azora y, generalmente, (a mi entender) pocos son los personajes que tiene esta virtud, la virtud de, sabiéndose abandonados en el terrenal cíclico ciclo de penumbras terrestre, pueden describirlo estéticamente y este textito (por supuesto reducido a las letras, pues no conozco el entramado de los demás circuitos artísticos) es la excusa justa para nombrar a algunos de ellos, es la excusa justa para citarlos, para citar sus textos que a mí, personalmente, me conmueven una y otra vez, que, por su genialidad, nunca dejaré de leerlos:



“_ No alcanza con rozar,
e incluso intimar con la sabiduría ;
hay que tomar las cosas por el cuello y exprimirlas
de banalidad. Violarlas salvajemente,
para que, después de un exacto período de gestación,
expulsen, desde el fondo de sus entrañas,
una flor bañada en estiércol,
que, vista de cerca, horrorice y fascine con la misma
intensidad.”


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SIGILO


Cada vez más : perdurar escépticos.
Inquietante : hasta la luna
fue lamida por la bestia.
Hay que escupir sobre la eficiencia.
Hablo de abandonarse al vino;
de beber hasta perder el habla.
De argumentar ante un amigo,
confusos, cómo tratamos de estar
al margen de la mugre ;
y subirse a trenes que
desaparecen a nuestros pies,
exiliados de la ternura,
con nuestro pudor a salvo.
Hablo de noches que posan su encanto
en nuestro artificio,
y lo invalidan, para que surja,
liviana, la buena
risa.

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POSMO

Soy de edición
limitada.
Cuento los días en
horas de reumática felicidad.
Tengo varios rostros
y un corazón simpático
que celebra todo.
Las fiestas que frecuento
estrenan siempre, siempre,
un nuevo encanto;
yo converso en ámbitos
en donde el alma aprende.
Yo soy
el que ríe
de no estar.

Ludovico Fonda



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“Árbol, roca, latido, accidentes,
Apariencias adentro de algo en donde
La bolsa liza del mundo
Rueda sin fin.”

Juan José Saer


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“El tiempo es Dios y Dios tiene prisa.
Nada cambia de sitio sin perder un poco el miedo.
Nadie tiene mas miedo que el tiempo.”

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El camino es eso que se desase haciendo.
El milenario acto de caminar no admite concesiones,
Un camino suele ser algo irreprochable,
Un argumento extenso y sólido, vehículo del deseo,
Vena de la melancolía, asfalto bajo una lluvia infernal,
Andén de tierra para el tren de los otoños

José Luis Larroca

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ORILLAS

Afuera ladra un perro

a una sombra, a su eco
o a la luna
para hacer menos cruel la distancia.

Siempre es para huir que cerramos
una puerta,
es desierto la desnudez que no es promesa

la lejanía
de estar cerca sin tocarse
como bordes de la misma herida.

Adentro no cabe adentro,

no son mis ojos
los que pueden mirarme a los ojos,
son siempre los labios de otro
los que me anuncian mi nombre.


Hugo Mujica


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Los cántaros

En las largas mesas del tiempo
Beben a raudales los cantaros de Dios.
Beben hasta vaciar los ojos de los que ven y los ojos de los ciegos,
Los corazones de las sombras vigentes,
La mejilla hueca del crepúsculo.
Son los bebedores más violentos:
Llevan a la boca lo vacío como lo lleno
Y no desbordan la espuma como tu y yo.

Paúl Celán



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A veces, en la noche,
Me dijeron que mi corazón no existe

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Si solamente hicieran una hoguera en mis labios
Para quemar las sílabas que no se unen.

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De súbito
no he nacido
No he muerto.

El centro de la sombra
Es la sombra en mi espera


Alajandra Pizarnik


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miércoles, 16 de septiembre de 2009

Tres poemitas

Centro de la carencia

A la vista
sólo el nódulo
de un muro
soplando penumbras

Soy el centro de la carencia
con fondo inconcluso.

La huella abandonada
en la zona
de claustro.

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Sitiado


Entre cercos de púa
con el nombre de sobra.

En medio
de la atemporalidad
de tu última expresión
diciéndome.

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Desde la acefalía


Yo hablo de las formas
de tu ausencia

de las voces de mi identidad
perdidas en el eco
de tu olvido

Yo hablo de mi rastro dilapidado
en la amnesia
de tu memoria

!sii, mujer!

yo hablo
de tu síndrome
de exilio abrupto

de tu huida súbita
con mi nombre en tus manos.


San-gentleman

jueves, 10 de septiembre de 2009

QUE AMENACE NOMÁS LA MIERDA!

Y que sea encumbrado amarillo, nomás,
Que sea pináculo de distorsión
Y tardes neutras.
Que el entongado tiempo
Venga con la lepra del vacío,
¡Que se de toda la mierda que me amenaza, nomás!.
Que se venga el rumor a callejón sin salida,
A emboscada de orilla esquelética esperándome.
Que se venga el aliento a intemperie de manos,
A brisa de brazos cerrados.
Que se venga el choque de la nada
En muro compacto, nomás
¡Qué se venga macizo el bufido de penumbra!
Yo espero aquí con soberana indiferencia,
Pues ando entre ídolos furtivos
Entre hombres de lírica despierta
Entre hombres que ondean dentro
de la conformidad de un te de caléndula
Y de la escritura de un poema.
Ando entre hombres envueltos
En plumas de miel.
Hombres de intratable palpito,
De libertad ilegible,
De inocencia perfecta.
Ando con soberana indiferencia
Porque estoy entre hombres que
clavan el tiempo en la atemporalidad de la luz,
en el defasaje donde se oculta la musa.
Son hombres niños,
hombres con los que se esta
sin pensar en el tiempo
hombres que hacen olvidar, indefectiblemente,
de todo este monticulo de mierda viniendo
de toda esta mierda !!que se las trae!!



sanchestelman

jueves, 3 de septiembre de 2009

De luz al unísono



¡Oh, pequeño mito de leve atardecer,
Unificado me fusiono
En la musa de tu cosmos,
En tu insigne melodía que no se exilia!

Oh, niña de luz,
Viniste de azur,
De tinta madre de ala de aura,
Con el semblante de la intimidad del alba,
¡Desde el eco fulgoroso de su matriz, viniste!

¿Cómo no ensimismarme en la suntuosa balada
Que hay en el acorde de tus pupilas?
Cómo no abismarme en la estela de tu relumbre innata?
Cómo no perderme en los bastiones de tu voz
Que suenan a flora indómita?

¡Oh! Niña de albor,
Ojala que tu pálpito siga siendo
Prolongada luz revelándose
En tus yemas como caricias,
Ojala que sigas siendo implacable, indestructible;
Que sigas siendo brillo polimorfo surgido
Del milagro nativo que te enarbola.

Ojala, niña,
Ojala que sigas siendo replegada
Melodía de sol,
Que sigas siendo inefable brillo no corrompido;
Ojala, niña,
Ojala que no se estrelle en la intensidad de tu luz
El hálito pútrido de este mundo.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Desde la fisura del tiempo

Parió, el azar,
el polvo de tu éxodo
sobre la cara de mi horizonte.

Ahora, en la fisura del tiempo,
soy toda la resaca
de lo que fue tu sed en mi.

¿Cuál sería la hazaña
dentro de las estructuras
cíclicas de tu huida,
dentro de esta nostalgia de gris superior?

¿Cuál sería la hazaña
hundiéndome en el fango mudo de tu olvido,
perdido en el soneto ciego
que deja la melodía de tu exilio?

La hazaña sería no ser prolongada
esencia de los ecos de tu abandono,
la hazaña sería no seguir
para siempre las huellas claras
de tu correlatada ausencia.

Si, es cierto,
la hazaña sería
no ser, finalmente,
reencarnado nombre
de tu intemperie madura.


Santiago