viernes, 30 de julio de 2010

Indesurdible


Cómo desurdir
la urdimbre
amorfa-fija-
de sus conjestas
entrañas burlescas?.

 Cómo desbaratar
el turbio eco
expansivo de su
sinapismo dialéctico?.

 Cómo es que se hace
para varar la repulsiva esencia
de su gélida mojiganga
retórica?.

 Hay menera de atollar
el cúmulo efusivo -siempre intencional-
de su ludibrio autóctono?

 Qué raza indeleble de escarnio negro
es la que hede desde el aliento
de su vernáculo más víscero?

 El es el hombre que engendra enrosques
irónicos buscando gestar el pináculo
de la incomodidad más rigurosa.

 Es el bajador innato
de pálpitos de sarcasmos,
forma acabada de lo mísero irreverso,
estereotipo certero de putrefacción
escupiendo zozobras por doquier
de atolondradas jarcias
de befas -realmente- innecesarias.