viernes, 27 de marzo de 2009

Hambre de endevera

Tábamo pasando hambre de endevera. De yapa taba arrancao verde. Me había dado cuenta de esto porque a todos los lugares que iba a pedir laburo me pedían el secundario y el wor, y yo ni siquiera había empezado el primario.
Con la vieja cubríamo los aspetos básicos de la vida, porque teníamo los dos la platita de los planes trabajar. Lo ahorro de la venta de lo bártulo de la carpintería ya lo habíamo gastao, habíamoslo gastao en las esigencias que requiere el colegio de la hija que recién entraba en primer grao. Esto, pa’ mí y la vieja, era fundamental, porque la nenita no podía ser inorante como losotro.
Dudábamo, a vece, de lo que pedían en esa escuela; pedían libro pa’ catequesi, pa’ lengua y pa’ no sé cuantas cosas má; pedían dos uniforme, y de yapa cada do por tre mandaban bonitos de 4 o 5 pesos pa’ que colaboremo con lo arreglo de la istitución.
Con la esistencia de la nena también teníamo duda. Siempre deciamo que no habría que haberla traído al mundo en las condicione que andabamo, y la vieja siempre me decía: “Pero no es culpa nuestra, viejo!, fueron culpa de esas pastillas que los dieron para que no quede embarazada, son unas pastillas de mierda, después dicen que la ciencia funciona”, decía. La vieja había sido responsable con las píldoras, se tomaba, sin olvidarse nunca, una antes de cada ato sesual.
Vivíamo en la casucha del nono, del padre de la vieja, y algunas cosas pa’ difrutá teníamos, estábamo colgados sólo de la luz del vecino y también colgao del canal.
Col los $300 que cobrábamo de los planes comprábamos la garrafita de die y el resto lo gastábamo en comida. La vieja era religiosa col las compras. Igual no alcanzaba. Siempre, ma o meno, a mita de me se terminaban las galle, los zapallos y los fideo. Lo últimos 15 días era una de hambre que los queríamo comé entre losotro. Igual la pilotiabamo, porque el Chijá siempre me daba una changuita de albañil. No hacía mucho: Nomá hacía la mezcla y alcanzaba lo ladrillo; también los pegaba. A vece me levantaba las parede yo solo.
El nono estaba quemao, andaba con la arteris clorosi y no teníamo plata pa’ comprarle lo medicamentos. ¡¡¡Qué!!!, el viejo taba re loco; se cagaba, se meaba. Igual la vieja lo cambiaba siempre, lo tenía impecable.
Con respeto a la nena, andaba bárbara. La hacíamo hacer lo debere a la mañana porque era cuando estaba más comida. Los hacía despué de tomar el té con 4 o 5 masitas. Despué le hacíamos, al medio día, casi siempre fideito con aceite pa que tirara la sora de colegio. A la tarde, cuando llegaba, la haciamo mirar un rato de tele y a eso de la siete y media, luego de habe comido una 5 0 6 galle má, la mandabamo a dormí. La comida de la noche la saltiabamo todos, con la espetativa de que ya no sean tanto los día del mes que pasaramo sin comida.
Hoy tenía un diego de sobra en el bolsillo, y decidí irme al Bóchin a tomar unas copitas con lo samigo, y a ver el partido de la selesión. Quería ver como se desenvolvían los jugadore ante El Diego. Ante el número uno. Laa! Esos si que tienen presión. Laa, ¡¡¡Pobres tipo!!!.

Santiago

lunes, 23 de marzo de 2009

Mareándose con su propio arte




No me encuadres
Tan certera,
Me has desintegrado
Hasta el punto
De no entender
Tu propio arte
De demoler


Santiago

sábado, 21 de marzo de 2009

Batallas




Volviendo del abismo
Con la fuerza atronadora
De la frialdad,
Después de haber
Palpado la lágrima
Del todo,
Soy hombre vencedor
De la muerte y de
dios.
ahora sólo me falta
enfrentar al prójimo.
Santiago

domingo, 15 de marzo de 2009

Se de tus napias dogmáticas




Sé de la palastra
Ridimienta que te
Ata,
De tus entrañas napias
Dogmáticas.
Sé de la miasma sienistica
Que te va
De
A
Poquito
Correlatando el proceso
Que finiquita en la sangre
Hueca.
Sé de tu parca daga que
Inhalas
He indagas en sagas de
Sábado.
Sé de tu recamara ya sin lugar
Para balas
De
Flor.
Sé del ideal de los resortes inertes
Que te mueven,
Y de tus retretas para buscar
Los clandestinos
Recodos
Erectos,
Los bulevares virguísimos de
Lo
Nútrido.
Lo sé, poeta,
Sé de tus cadenas dogmáticas,
Pero también sé
Que será la manga
De las
Abiertas puertas
De
La palabra
La que te llevará
Hacia el tapón que sellará
A la napia de
La
Refuga
Súbita
Que otorga
La estimulante lumbre
Innatural,
La innatural lumbre
Que oscurece
La
Verdadera
Luz de
Tus
sienes.
Santiago

Bebiéndome el olvido





Nimio el latido.
Vaciado de luz
Un vestido de harapos
Y el atrevimiento, ahora,
En los engranajes de la noche,
De avezarse el ojo del corazón
A la copa.
Amansar las sienes del bombo
Con la bebida adormecedora
Del llanto esculpido perfecto
En tu mano.
De noche, el latido tenue
Arañando el vaso,
Olvidando el corazón
Los besos tuyos
Que me mandaron al brote de la sed.
Soy, mi destructora,
Socio vitalicio
en barras de tinieblas,
Hombre que espera la noche
Para ir bebiéndome tu olvido

Santiago

viernes, 13 de marzo de 2009

Unidad (a Juana)




Y salto, y surjo
Y embisto claro y puro
Como aire de sauce;

Y guardo la sombra,
Y me intervengo la nostalgia,

Y giro, giro,
Y me cruzo a la orilla de la luz,
Y me transformo en alas de delfín
Para volar en lo alto de las aguas,

Y danzo, danzo
Con cada Nota en el cielo de las melodías,

Y escapo, me libero,
Me aliviano del pozo de mi mismo,
De los pliegues congelados del alma,

Y florezco,
Y soy la cresta del latido, y la faz
De la armonía,

Y vuelo, y subo,
Y me detengo eternamente en el oriente del éter,

Y me fundo, me fundo
En flamas de Jaramillo,

Y venzo, venzo
Y deshago los tentáculos allí en los mis
Jardines de sombra,

Y me enciendo, me enciendo
Febrilmente hasta deshojar el titiritar del escalofrió,

Y ahogo, ahogo
Las mis lágrimas en el manantial de la sonrisa,

Y ya no insinúo
Y soy aire, y mas aire, y aire del todo,
E igualo la eternidad, y desbarato el confín,

Y soy hoy todas las partes,
Soy la unidad, soy ganador de tu sol
En el sorteo de tus luces.
Santiago

Publicando para matar




Esculpir la palabra.
Convertirla en herramienta
Que te sepulta.
La voz en la daga
De la tinta
Como espada en mis manos
Para vaciarte el orgullo pueril
De dominarme
completa el alma.
Será, mujer,
La tristeza que me has plasmado
Mi eterna inspiración
Arrojada en el papel destruyéndote.
Serán las letras de cada verso
Ladrillos de acero
Labrando la obra
Que te dará muerte pública
Santiago

Hueco presecreto




Ah si!
Eres el que
Tiene un presecreto
Hueco de
vértigo!?
Un tuburistico almacenamiento
De chanturbios que te
atan!?
Un abra napia que rige
Tu epicentro?
Un apogeo de orificio
Donde se adentra la necedad
De lo tu redivivo?
Eres el obvio imparido
Que anda en la juerga
Superficial de la
refuga?,
El de pupila abierta que no
mira?,
Eres el que de madrugada
Intenta despertarse de lo
despierto?,
Si, eres tú,
Eres el que me abandona
Para salirse de la boca de este
Mundo
Y aspirarse todo el polvo de las
estrellas,
El polvo blanco que de a poco
Te
Va
Acercando
Al
cielo.
Santiago

Labra la luz



Ay! hay siempre casa
De
Esperanza
Entre sus vallas
Destellantes.
Caen de sus vertientes
Innumeros chorreantes
De
Incandescencia.
Viene su luz en esencia
Como seguido correlato de
Fuego
Inorbito,
Como melodía de flor
Ininterrumpida,
Como torrente de
Luz
Sin
Piel.
Oh!!, adentrándose a su cornea
De
Miel
Uno se vuelve secreto mágico de
Panal,
Se vuelve uno néctar y polen,
Se transforma indefectiblemente en vital
Dulzor.
Ante su cuerpito de sala
Blanca de
Esperanza
Uno se vuelve alas,
Vara de alas revelando el secreto místico
De sus vallas destellantes
De
Cielo,
De
Indómito
Cielo
abierto


santiago

Dado abrazo a lo súbito







Y hoy
Súbitamente
Me he encontrado
Bajo
La
Altura
Inorbita
De su adentro
Abrazo,
Y en la esa exactitud
De vago éter,
Y en esa plenitud
De absorta
luz
abierta
he sentido
al
unísono
como el hielo
toráxico
del todo mi dolor
se vuelve
inoseo.
Y bajo la esencia
abierta
de sus cerrados
brazos,
bajo el ovulo
cósmico
de sus dedos acariciándome,
he olvidádome del
latido
desollado
siempre
interprete,
del decapitar
ostensible
que
indefectible
trae
el
tiempo.
Y hoy,
Súbitamente,
Ante la mirada
acaparadora
De su adentro
abrazo,
Del discurso de sus
dedos
Incitándome hacia el sollozo
A la inversa,
estoy proclive a sentir
Nuevamente el
Sentido,
A sentir el corazón en corola
De vehemente
cópula,
que pregona contra la
penumbra
Indeleble del muro
Que
no
se
agrieta




Santiago

El yo.yo en guitarra




Él, en uno. Nato.
Neto su narcisismo
Hasta la altura exacta
De un yo cósmico.
Él es el no-otro en sí mismo,
El multirazón aconsejante
Omiso de su obliterismo
Pleno,
De su oído que no mira.
Él en el medio de
Sí,
No viendo lo sano del aroma
Ajeno.
Ahogándose en su propio
Aire.
En la noche sólo se escucha su voz
Ciega
Y las cuerdas mudas de su
Guitarra.
La abalanzada alabanza
Quieta
Inconfundible
Invariable
Intensa en lo frío
Como si al centro
De lo desnudo
Le
Diera
Todo
El sol
A la
inversa.
Santiago