Y hoy
Súbitamente
Me he encontrado
Bajo
La
Altura
Inorbita
De su adentro
Abrazo,
Y en la esa exactitud
De vago éter,
Y en esa plenitud
De absorta
luz
abierta
he sentido
al
unísono
como el hielo
toráxico
del todo mi dolor
se vuelve
inoseo.
Y bajo la esencia
abierta
de sus cerrados
brazos,
bajo el ovulo
cósmico
de sus dedos acariciándome,
he olvidádome del
latido
desollado
siempre
interprete,
del decapitar
ostensible
que
indefectible
trae
el
tiempo.
Y hoy,
Súbitamente,
Ante la mirada
acaparadora
De su adentro
abrazo,
Del discurso de sus
dedos
Incitándome hacia el sollozo
A la inversa,
estoy proclive a sentir
Nuevamente el
Sentido,
A sentir el corazón en corola
De vehemente
cópula,
que pregona contra la
penumbra
Indeleble del muro
Que
no
se
agrieta
Santiago
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