Dora la
fábula,
el paisaje
onírico
que
arrastra el disparo
de tu sed.
Organiza,
piensa los renglones
de luz que
traman el número
de tu
suerte.
Ve a la
injerencia de tu pulso,
al presagio
que se yergue
en el sol
de tus cánones.
Aprende tras
tu máscara,
donde la
bestia hace contacto
con el
fruto real de tu designio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario