sábado, 31 de agosto de 2013

Rigor de fuego

A Paula

Es cierto,
Te he dado desidia y espanto,
calavera y la arena,
la sombra y el hielo,
una rabia de ocaso
entre el gris y el descenso.

El incomunicable pecho,
te he dado en plural
su derribado latido,
la memoria irritada
de su pulso arrasado.

Apagado y el muro,
el tajo y el cuervo,
el desolado inventario
Del seso en quebranto.

Me he dado a ti
difuso y remoto,
absorto en barbarie
y fatald esde el alma;
con el fondo trivial
desde la yaga recóndita.

Es cierto,
me he dado a ti
derruido y con tajo,
desdoblado y podrido,

pero hay una gloria
que golpea entre este
cúmulo de falaces zozobras,
una venido eslpender
entre velos verdugos,
entre cloacas salvajes
y retrógrados calvarios,
entre esta traba de moscas
y cadenas de pulso vil.

Hay una luz sencilla y fatal,
una daga de corazón que rompe
el enclavado amasijo,
este largo invierno de
Granuja en granuja,
De agachada tras agachada.

Una luz, tu voz, la mía en la tuya,
esa intimidad del habla como
Augurio y raíz.
Hay ya
Un fruto radical en el rigor de esta
Intimidada utóctona, hecha a mano,
Un furor símil que ronda
 entre acercados cuerpo,
una coincidencia de fulgor
que se prende entre hilos de son,
un lento acuerdo por vivir

con don de fuego al descubierto.

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