miércoles, 30 de diciembre de 2009

La huida puede no ser patologica, ella en busca del acto creativo (Texto de Julián Ardesi)

SUBO ESTE TEXTO POR LA ADMIRACIÓN Y PERPLEJIDAD QUE ME HA DESPERTADO.ES OBRA DE UN AMIGO: JULIÁN, QUE HACE POCO TUVO EL GESTO ABNEGADO DE ABRIR UN BLOG PARA QUE TODO PODAMOS DISFRUTARLO, SU NOMBRE ES-EL DE SU BLOG-:http://pichongaray.blogspot.com NO SE LO PIERDA AMIGO/A.

Me llama un a amigo a la madrugada y me dice: “me acabo de separar, vos podes creer, mi tercera separación che y vos?, esto no tiene vuelta. Que ganas de verte tengo, de charlar. Me sigue hablando sin que yo le pueda entender. Hace años que no me veía, ni me llamaba: “te acordás el día que encerramos esas minitas en el corso, toda con espuma estaba la putita, sensual la negra se dejaba. Sus palabras se llenan de toxicidad, la carga en el teléfono se hace mas presente, su vos es pesada añeja, escandalosamente vomitiva.” Decí que nos pararon sino eso terminaba mal, si ella se dejaba, la zorra. Sus problemas me apabullan. Y me sigue hablando no puedo escapar de él: “te acordás como me puse, estaba inyectado, yo con las minas me pongo loco, pero bueno, ahora la estoy pasando mal, mi mujer me dejó”l
No desea comenzar el año 2010, no esta de ánimo para hacerlo “estamos perdidos”, repite, varias veces, grita eso. Observo que dice- es-tamos- me involucra en su drama. Le digo que intente recuperarse, que es tarde y mañana me debo levantar temprano. “che, vos estas bien, no me hablas nada, te pasa algo”. Le digo que no pasa nada, y que me sorprende el llamado.
Igual siento que hay comunicaciones que se manchan, fallidas las letras no crecen, no crecemos, nos apagamos, le corto. Toda una cultura nos separaba, aunque suene feo hay amistades que deben ser enterradas.
Eso es lo que acabo de sentir,- experimentar el desencanto- Bueno. Bueno, me digo, después de cortar el teléfono: “desde la perspectiva psicológica uno estudia la fobia como huida, como huida de situaciones temidas o catastróficas”. En mi cocina, cuatro y cuarto de la mañana, reflexiono, me invade una preocupación: ¿qué hace un amigo, que cree ser amigo cuando el otro le corta, le huye?. Voy hacia el teléfono y creo que será bueno desconectarlo. Lo desconecto, sin piedad, sin temor. Pienso que en estos tiempos no esta mal el personaje de POROTO( obra Teatral, Eduardo Pavlovsky, Ediciones búsqueda de Ayllú)) que pasa gran parte de sus horas huyendo de aquellas situaciones que se huelen a tóxicas.
Me aseguro que el aparato no vuelva a sonar, y me veo obligado a pensar en otra táctica. Y si le da por venir a mi casa?, se que tocará el timbre… CORTO la luz. El silencio de la noche impide el gajo de lo sonoro. Eso lo sé lo aprendí en mi escuela de CARMEN, si la hermosa Carmen me enseño en ese verano cosa de Deleuze “ en esta sociedad tenemos que llevar en los bolsillos vacuolas de incomunicación”. Y todo esto pienso. Que tal vez los años serán de preparación, deberán ser precisos los movimientos, ahorrar la energía, y no destinar AMOR donde no se debe. Hay vinculos tóxicos, como lo hay en la comida, en las nalgas de las señoritas, en la espera de los médicos, en los fantasmas del pasado. Y con el recuerdo de este diálogo, con el disparate de este amigo, huyo busco la flor no muerta, la lecturas de Santy, la prosa de José, la prosa personal, y singular; mía; mis amistades, el futbol, el flaco ( el si leyó la obra de POROTO).

JULIÁN ARDESI

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