Hoy no viniste,
hoy quedó postrada la visión
en el opaco pliegue
de un desierto de ceniza abierta.
Si, hoy no te vi,
hoy no hubo nada que hacer,
hoy no hubo nada que decir,
sólo acomodar el callar
en la sincronización
de sonidos banales,
sólo observar, nuevamente,
la cara de la muerte despejada.
Santiago
Una puñalada de belleza.-
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ResponderEliminarES UNA BELLEZA!! QUE APUÑALA EL ALMA, ENVENENÁNDOLA DE RAZÓN!!!...
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