miércoles, 8 de agosto de 2012

Pausado azul

El ancho lago,
El cielo largo hasta 
El hondo ideal.

También la mano justa
En el dorado verde
Del parque encantado.

La luz fosforecía en
La tarde de creces,
en el estampado estremecer
del azul pausado.

¿Qué se evidencia
en las hebras del esplendor
rotundo, en el vórtice
de su elixir eléctrico?

El ramaje del exacto color,
la obstinación del FLORECER,
con su afán de ileso inhóspito.

Se evidencia la porfía del nacer
elucubrando la fiesta del sentido:
Amalgama de lo frágil que obnubila,
Vértigo trémulo del redondo ideal.

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