lunes, 27 de mayo de 2013

Era un acto ayer, una palabra…
Un hombre plantado contra
los demonios de su arena.
Era yo ayer corazón en el polvo,
un encuentro…
Pero, por destino, por cruz, por azar,
por naturaleza, las certezas se pudren,
y la avaricia hueca del presente
arde en luces del pasado.
Me observo brusco,
confundido entre viejas aciertos dorados
y pasos de hoy sin emoción.

Conjugados, creencia y escepticismo
Confiesan vacío y raíz,  un salto hacia
El ser sin impulso de eficacia.


Sermentoso, participe de lo múltiple,
claoroscuro: la forma se prende y apaga
en nuestra dogma de polvo.
Dádiva de designio en espiral
Sin cimientos.
Estoy en mi envidia de ayer,
cuando luz y fruto
me encontraron estrictamente
Por arrebato.